El ingeniero y pionero español de la aviación, Benito
Loygorri Pimentel (1885-1976), ya era aficionado a las alturas desde muy niño.
A los 18 años presenció, por fin, el vuelo de dos de sus héroes, los hermanos
Wright, en territorio Francés (Pau y Le Mans). A partir de ese año, se
intensificaría su pasión por volar. Primero, embarcándose en varias travesías
en globo. Después, atendiendo a clases de aviación en la escuela de aeronáutica
Voisin, en Mourmelon-le-Grand (Francia).
Fue en las pistas de esta localidad cercana a Reims, donde
Benito Loygorri pasaría a la historia como el primer piloto español en obtener
la licencia de vuelo de la FAI (Federación Aeronáutica Internacional). La
hazaña tuvo lugar el 30 de agosto de 1910, a bordo de un biplano Henri Farman. Loygorri
tenía solo 25 años y una larga carrera por delante.
Durante los años siguientes, el joven piloto realizaría
exhibiciones de vuelo en territorio español, ganaría concursos de pilotaje y
sería condecorado por los reyes Alfonso y Victoria.
Fue Benito Loygorri un gran impulsor de la aviación en
España, tanto desde las nubes como desde los despachos. Representante de la
casa Henri Farman en España, Loygorri proporcionó al ejército español los
primeros aviones de la historia de la aviación militar de nuestro país. A
finales de la década de 1910, abandonaría la aviación activa para centrarse en
tareas de ingeniería aeronáutica.
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