jueves, 12 de diciembre de 2013

Louis Blériot, el primer hombre en sobrevolar el Canal de La Mancha.

Durante los primeros años del siglo XX, París vivió sumida en una fiebre inédita por la Aviación. La capital francesa era, por aquel entonces, un hervidero de diseñadores y constructores de primitivos aeroplanos, que no dudaban en lanzarse a las alturas a bordo de sus propias creaciones, con mayor o menor fortuna. Entre estos fervientes pioneros sobresale la figura de Louis Blériot.

Tras una exitosa carrera en el sector automovilístico, Blériot se entregó apasionadamente a la creación de aeroplanos a partir del año 1903, labor que nunca abandonaría. Ingenioso fabricante e intrépido piloto, Blériot se encargaba de todo el proceso: diseñaba, construía y se embarcaba en sus propios inventos.

Una decena de modelos aeronáuticos con sello Blériot se sucedieron con éxito variable entre 1903 y 1905. La gloria llamaría a las puertas del incansable ingeniero y aviador el 25 de julio de 1906 cuando aceptó el desafío del diario británico Daily Mail, que había ofrecido 1.000 libras al piloto que consiguiera cruzar el Canal de la Mancha.


En aquella histórica fecha, Louis Blériot realizó el trayecto entre Calais y Dover en 37 minutos de nefasta visibilidad, clima adverso e incluso problemas técnicos en su monoplano, el Blériot XI. Nunca antes ningún aviador había sobrevolado la superficie marítima que dividía a dos países. La hazaña catapultó la carrera aeronáutica de Blériot. Entre sus logros posteriores, destaca la creación de una importante empresa de aviones y la obtención de numerosos premios y distinciones, como la de caballero de la Legión de Honor.

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