lunes, 9 de diciembre de 2013

El Infante de Orleans, un aviador de sangre azul.

Alfonso de Orleans y Borbón (1886-1975), Infante de España, es una de las figuras más reconocidas de la Aviación en nuestro país. Con veinte años ingresó en la Academia Militar de Toledo. En 1910, terminada la instrucción castrense, se formaría como aviador en París, cuna de los grandes especialistas aeronáuticos del momento. Fue el segundo español en obtener una licencia de piloto de avión, después de Benito Loygorri Pimentel.

A su regreso a España, la pericia aérea del Infante de Orleans catapultó su fama de genio de las alturas, al tiempo que le permitió escalar posiciones en el cuerpo militar de aviación nacional. La instauración de la República en 1931 provocaría su exilio a Londres, que duraría hasta el estallido de la Guerra Civil. En 1937, Alfonso de Orleans regresaba a España para combatir del lado del bando nacional.

En plena postguerra, el Infante renunció a su exitosa carrera militar. La causa fue su adhesión, en 1945, al Manifiesto de Estoril, que reclamaba la restauración monárquica. Sin embargo, aunque ya nunca más subiría a un avión militar, la afición de Alfonso de Orleans por las alturas no cesaría hasta su muerte, en 1975.


Apasionado piloto y ferviente promotor de la aviación española como era, no es de extrañar que su nombre fuese el elegido para denominar a la prestigiosa Fundación Infante de Orleans, con sede en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos, cuya meta es la conservación del patrimonio aéreo español.

No hay comentarios:

Publicar un comentario