Si hay un piloto famoso y mundialmente reconocido como el mayor As de la historia de la Aviación, ese es Manfred Von Ritchthofen, más conocido como El Barón Rojo.
Manfred Albrecht Freiherr von Ritchthofen, nació el 2 de mayo de 1892, en Breslavia, lo que ahora sería Polonia pero que por entonces pertenecía al Imperio Alemán. Cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, el joven Manfred pertenecía a Caballería debido a su tradición familiar, pero en busca de mayores sensaciones, pasó a Infantería y posteriormente a Aviación, donde se convirtió en la Leyenda que hoy conocemos.
Durante su instrucción de vuelo en la academia fue un piloto del montón, no destacó especialmente por nada, por lo que inicialmente se le destinó a realizar misiones de reconocimiento y fotografía aérea. Finalmente fue seleccionado por Oswald Boelcke para su escuadrón de caza Jagdsstaffel II (Jasta 2) donde pudo demostrar todo su potencial como piloto de combate.
Su primer avión de caza fue un Albatros biplano II, con el que consiguió la mayor parte de sus victorias, pero el avión con el que siempre se le recuerda es el triplano Fokker DR1 de color rojo. El motivo de esta peculiar estética, era para ser fácilmente reconocido por sus adversarios, ya que para ese momento, su fama como feroz contrincante ya era conocida por todos los pilotos del bando contrario, y su simple aparición en el horizonte bastaba para sembrar el pánico entre sus rivales.
Su pilotaje fue definido en muchas ocasiones como "suicida", con maniobras que parecían imposibles para los principios fundamentales de la física. Sus compañeros solían decir que volaba como si fuera inmune a la muerte.
Consiguió 80 victorias, más que nadie en todo el conflicto, hasta que el 21 de abril de 1918, fue herido mortalmente y se estrelló en Vaux-sur-Somme, Francia. Aunque oficialmente el derribo se le atribuyó al capitán de aviación canadiense Roy Brown, posteriormente esta versión se puso en duda y parece probado que habría sido un disparo desde tierra efectuado por el soldado australiano William John "Snowy" Evans, quien nunca supo que fue él quien acabó con la mayor leyenda de la historia de la Aviación.
El Barón Rojo fue temido, pero a la vez muy admirado por sus oponentes, por lo que fue enterrado por soldados británicos en el mismo lugar donde cayó, rindiéndosele honores de héroe.
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