jueves, 24 de septiembre de 2015

Volando en autogiro por los Pirineos con Rafa García, de Girolibre.

Precioso y sofisticado, este es el concepto moderno del autogiro.
 
A lo largo del verano, cuando los incendios dan un descanso, realizamos vuelos de entrenamiento. Para los que estamos destacados en Zaragoza, una de nuestras zonas favoritas son los pantanos de Grado y Mediano, en el noreste de la provincia de Huesca. Son pantanos de buen tamaño que nos permiten practicar una gran variedad de maniobras, además, el paisaje es excepcional.
 
En una de las orillas del pantano de Mediano, se encuentra un pequeño aeródromo que en tiempos fue utilizado por los AirTractor en sus misiones de extinción de incendios forestales. Este aeródromo pertenece al término municipal de Coscojuela de Sobrarbe, muy cerca de Aínsa.
 
Una de las precauciones que debemos tomar cuando volamos por una zona, es coordinar con otros posibles aparatos que se encuentren en el aire para evitar posibles colisiones. Así fue como conocí a Rafa.
 
Rafa es un trotamundos que después de perder su trabajo en una aerolínea a causa de la crisis del sector, se dedicó a volar cualquier aparato que fuera capaz de levantarse del suelo, especialmente helicópteros. Así es como terminó volando autogiros, colaborando con fabricantes en su desarrollo y dando cursos de vuelo por toda España. Hasta que conoció Coscojuela; nada más ver aquel campo de vuelo abandonado, se enamoró del lugar y pronto llegó a un acuerdo con el ayuntamiento para instalarse allí. Por eso, cada vez que íbamos al pantano de Mediano, lo encontrábamos volando con su autogiro y nos invitaba a ir un día a visitarle y cambiar impresiones. Así, que en uno de mis días libres, cogí mi coche y me planté allí.
 
El autogiro es un aparato sorprendente, a primera vista puede parecer un helicóptero pero no lo es; a diferencia de éste, sus palas no giran por la potencia de un motor, sino por el impacto del aire debido a la velocidad de la aeronave. Esto permite aterrizajes y despegues en muy poco espacio, una gran maniobrabilidad en vuelo y una elevada seguridad al ser casi imposible entrar en pérdida (digo casi porque en Aviación siempre hay alguien capaz de hacer lo que parecía imposible).
 
Durante el vuelo realizamos varias maniobras que con cualquier otro tipo de aparato no se pueden hacer, esto unido al incomparable marco que son los Pirineos hace que montar en autogiro en Coscojuela sea una experiencia altamente recomendable.
 
Girolibre, que así se llama la empresa de Rafa, ofrece paseos aéreos y cursos de piloto; estos autogiros tienen la categoría de ultraligeros, por lo que obtener la licencia de vuelo resulta relativamente económico. Os dejo el link a su página web: www.girolibre.es
 
Como veis, poco se parece este moderno autogiro a aquel de Juan de La Cierva.
La cabina descubierta permite una amplia visibilidad y la sensación de vuelo más auténtica.
 
Modernas superficies de mando para una maniobrabilidad absoluta.


Instrumentación, básica pero completa. ¡¡¡Esto es vuelo visual!!!
 
El motor Rotax de 120 caballos aporta agilidad y fiabilidad.

A veces compañeros de otras escuelas visitan el lugar. En el mundillo del ultraligero reina el buen ambiente.

Este ultraligero también visitó el lugar. Un concepto mucho más clásico el de este 3 ejes.
Original decoración. No es de extrañar que se le conozca en toda España como el "Yoplait".
Fui para un rato y al final terminé pasando allí el día, tanto Rafa como su compañera Eva se portaron genial conmigo y espero volver pronto.

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