jueves, 30 de abril de 2015

Normandía, última jornada: cementerio británico de Bayeux.

Con este artículo se termina la crónica del viaje a Normandía de Xabier. Espero que hayáis disfrutado de ella tanto como yo.

En el tercer día de nuestro viaje, tras visitar Pointe du Hoc, nos dirigimos a la ciudad de Bayeux, la población importante más cercana al escenario del desembarco y liberada por las tropas británicas al día siguiente. Por esta razón pudo salvarse prácticamente intacta mientras otras, como el caso de Caen, a solo 30 kms, sufrieron numerosos daños por los combates. En esta pequeña pero coqueta ciudad, pudimos visitar el Cementerio de Guerra Británico, el más grande de la Commonwealth, en territorio francés, de la Segunda Guerra Mundial. En él reposan muchos de los soldados, aviadores y marinos británicos que cayeron en la batalla de Normandía. Un total de 4.144 lápidas, entre las que se encuentran 338 soldados “conocidos sólo por Dios” y, en una de las parcelas, 532 tumbas de soldados de otras nacionalidades, la mayoría alemanes. A otro lado de la calle, encontramos el monumento que contiene los 1.801 nombres de los soldados de la Commonwealth desaparecidos en la batalla.

Memorial de los Desaparecidos. En sus distintos muros están esculpidos los nombres y regimientos de 1.801 soldados de la Commonwealth desaparecidos esos días.


Vista del cementerio desde el Memorial de los Desaparecidos. El adoquinado es la propia calle abierta a la circulación. Como puede comprobarse, no hay vallado ni puerta, sino unas sencillas cadenas ornamentales y una mínima cerca.
Es curioso que la calzada de la calle por la que se llega al cementerio, Boulevard Fabian Ware, se transforma allí en estrecho adoquinado peatonal, que hace que se reduzca la velocidad. Sin darnos cuenta estamos en la puerta del camposanto. Una simple cadena ornamental y una diminuta verja de jardín, separan el césped del cementerio de la carretera y del monumento memorial de los desaparecidos.



Nada más entrar en el recinto, te llama la atención lo cuidado que está todo, el césped, los parterres, las lápidas, al más puro estilo británico. Al igual que en los cementerios americano y alemán, el ambiente de recogimiento y respeto es máximo. Por el contrario, la diferencia con los anteriores radica en que aquí, en cada una de las hermosas lápidas de mármol blanco, está bellamente esculpido el emblema del regimiento de cada soldado y, bajo el nombre de la persona que allí reposa, un breve epitafio. Bellas frases de recuerdo de sus seres queridos cuya emocionada lectura hacen que se vuelvan a humedecer los ojos.


En cada lápida está esculpido el emblema de su Unidad y en la parte de abajo, un epitafio.

Una lápida de un soldado sin identificar, cuyo nombre "sólo conoce Dios".


A veces, cuando los caídos iban en el mismo avión, sus lápidas están juntas.


Un breve descanso para poder recuperarse de las intensas emociones.


En el centro del recinto, un pequeño y sencillo monumento funerario con esta inscripción: “ Su nombre vive por los siglos de los siglos”. 



A muy pocos metros de allí nos encontramos un bonito y recoleto parque. Se trata del Memorial de los Reporteros. En el camino de césped que lo recorre se encuentran unos tótem de piedra, uno por cada año desde 1944 , en los cuales están esculpidos los nombre de todos los periodistas y reporteros de todas las nacionalidades que han fallecido “con las botas puestas”, ejerciendo su profesión. 

Memorial de los reporteros, con los nombres de todos los corresponsales de guerra fallecidos desde 1944.

Independientemente de lo que representa, es una maravilla poder pasear por estos bellos parajes.

Inaugurado en 2007, este memorial es un homenaje a los reporteros de guerra y a la libertad de prensa.









En un lugar preferente, una inscripción recuerda al “padre” del reporterismo de guerra Endre Ernő Friedmann, más conocido por su seudónimo Robert Capa.



Sin solución de continuidad, nos encontramos con el Museo Memorial de la Batalla de Normandía de Bayeux. Un museo que muestra carros de combate en el exterior y vehículos, armas y dioramas de los acontecimientos de esos días. Gran variedad de material y paneles informativos. Recomendable.
Lápida en el jardín trasero del Museo.









Se quedaron en el tintero muchos lugares y museos. Hay uno en cada lugar y para cada tema. Realmente hay que elegir según nuestra particular lista de prioridades. Para ello nos sirve de gran ayuda la guía que se editó con motivo del 70º aniversario del desembarco y la Tarjeta “Normandie Pass”, recomendable para quienes van a visitar varios de esos museos y lugares. Os dejo su link para que os la descarguéis: 


Es un viaje que recomiendo a todos, aficionados o no a la historia. Normandía es una bellísima región con incomparables lugares ajenos a la Segunda Guerra Mundial. Entre museo bélico y zona de desembarco, no dejéis de visitar la ciudad de Rouen -una ciudad-museo en sí misma-, los blancos acantilados de Ètretat y Fècamp, el maravilloso pueblo costero de Honfleur -un lugar “de postal”-, o la misma Caen. Es un viaje familiar que todos disfrutaréis mucho. 

Más información.-





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