viernes, 3 de enero de 2014

Clément Ader, el inventor que acuñó la palabra Avión.

Además de pionero de la aviación, el francés Clément Ader (1841-1925) ha pasado a la historia como inventor polivalente, con importantes contribuciones al desarrollo del teléfono y de los micrófonos. A él se le debe la instalación, en 1880, de la primera línea telefónica francesa, en París.

Hombre adelantado a su tiempo, Clément Ader estaba convencido que el futuro de la humanidad estaba en las alturas. Por ello estudió al detalle, y durante años, el vuelo de las más diversas especies animales, en particular los pájaros y los murciélagos, antes de lanzarse él mismo a la conquista de las nubes.

Los primeros globos aerostáticos en llevar su nombre aparecieron en torno a 1870. Pero Clément Ader quería llegar más lejos. Por ello, no cesó en desarrollar modelos de aeronaves nunca vistas hasta entonces. En 1870, este genial ingeniero tolosano diseñó y construyó un llamativo planeador, similar a un ave, y que además cubrió con plumas.

Pero el aparato por el que siempre será recordado Clément Ader es por su Avión, un artefacto volador con forma de murciélago, impulsado por una hélice y sostenido por unas impresionantes alas de 14 metros de envergadura. El modelo más desarrollado fue su Avion III, a día de hoy expuesto en el Musée des Arts et Métiers de París.


Los fracasos de estas aeronaves desanimaron a Clément Ader, quien acabaría volcándose en su afición por las telecomunicaciones. Sin embargo, la posteridad quiso que su Avión diera nombre al aparato con que Ader soñó y que tanto peleó por hacer realidad.

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